LA DEVOCIÓN FLORECE POR NOVIEMBRE

Aunque la tarde era desapacible en lo meteorológico y apetecía quedarse en casa, descansando y al calor del hogar, los hermanos de la Piedad llenaron la iglesia de San Juan Bautista en una jornada, que de nuevo marca una época. En los tiempos que corren, donde podemos ver en los Cultos Ordinarios de las Hermandades, una escasa afluencia, más aun siendo en tiempo de cuaresma, la Hermandad de la Piedad abarrota el templo del Cerro en el mes de Noviembre, para celebrar una Eucaristía por los difuntos del año y presenciar de luto riguroso a la Santísima Virgen de la Piedad.

Ofició la Santa Misa, el consiliario de la Hermandad, D. Zacarías Romero que en la homilía trato temas muy cercanos a la Cofradía. La unión, la convivencia, la colaboración y la ayuda a los más necesitados, además de saber perdonar y ser perdonados como muestra de bondad al prójimo, centraron la atención de la multitud congregada en la Iglesia más antigua de la ciudad.

En el mes de noviembre, de estos últimos cuatro años, se ha realizado esta Eucaristía que rinde tributo a los hermanos y familiares fallecidos en el seno de la Cofradía. Para esta ocasión, la Santísima Virgen se presentó a los asistentes de una forma muy especial y esperada. Con mantilla negra, sin corona y muy cercana a los devotos, se pudo observar el rostro del dolor más profundo de una madre. En la parte izquierda del Altar Mayor, los Santos Varones y el Santísimo Cristo del Amor a pie de suelo debido a las reformas que se están llevando a cabo en la capilla de la Cofradía.

Un buen rato después de haber terminado la Eucaristía, los hermanos de la Piedad continuaban en el templo rezando y observando de cerca a sus Titulares. El otoño acaba de dar comienzo, pero florece por noviembre, la devoción de una Hermandad.