EL CORTIJO DE LA FRAGUA (I): EL MONTAJE

Si hay una actividad del año que requiera dedicación, esfuerzo, constancia, trabajo en equipo, fuerza e innovación, esa es el montaje de la caseta de la Feria de Septiembre. Un arduo trabajo que si no fuera por la magnífica labor que realiza la Junta de Gobierno y todos los hermanos que se prestan voluntariamente, llevarla a cabo sería imposible. Una realidad que año tras año, se convierte en una belleza efímera para el disfrute de unos días grandes en la ciudad. El Cortijo de la Fragua, la caseta de la Hermandad de la Piedad, se ha convertido ya en un referente y lugar de encuentro obligado en la feria de Cabra. Cada año, una portada distinta que bajo la temática de un cortijo andaluz, se diseña, construye y decora para servir de pórtico a la caseta decana de las cofradías egabrenses.

Otra gran novedad de este año, han sido las letras gigantes que han anunciado sobre la carpa el nombre de nuestra caseta. Con el logotipo y tipografías que se viene usando desde hace unos años, en esta edición se ha construido este enorme letrero de más de 6 metros de largo. Original y llamativo, otra forma nueva de ser diferentes y ofrecer innovación a esta fiesta tan tradicional. Su construcción ha llevado varias semanas de trabajo, primero el trabajo de creación en la Casa de Hermandad y después el pintado y montaje una vez en la caseta.

Como se viene realizando en las últimas ediciones, el montaje de la Caseta finaliza el día 2 de septiembre con una cena pre-feria con todas aquellas personas que han colaborado en la realización de comida y montaje. Una convivencia que este año ha aglutinado a más de medio centenar de hermanos que han prestado su ayuda en estas labores y en la que se vivió un ambiente festivo y distendido. No hay mejor forma de compartir el gozo de ver concluida esta magna obra que reúne los campos de la electricidad, fontanería, albañilería, pintura, forja, decoración, restauración, ... para hacer de la Caseta de la Piedad, un lugar donde todos se sientan como en casa.